sábado, 1 de junio de 2013

64 | 27/11/10 – Granada, España. Nublado.



Cada cierto tiempo, el número de miembros de la familia CLOUD aumentaba. Desde la llegada de Yasu en septiembre no había venido nadie nuevo, pero por fin aquel día se sumaría una entidad más a aquella casa de locos.

Sakura estaba especialmente emocionada, KUMO en persona había hablado con ella dos días antes y le había informado sobre la nueva inquilina. Dormiría con ella y con Ichigo en su habitación, la cual estaría completa.
La tercera planta de la casa CLOUD estaba algo... dispersa. La primera habitación a la derecha estaba vacía, aunque ya habían traído muebles, la habitación entera estaba pintada y amueblada en tonos carmesís preciosos. En la siguiente habitación dormían Sakura e Ichigo, que se hicieron grandes amigas (para el descontento de Max, al cual le caía muy bien Sakura y pensaba que Ichigo era una mala influencia para ella), y esperaban a la nueva miembro de la familia. En la habitación de al lado dormía Judith sola, aunque la habitación estaba acondicionada para dos personas. En la siguiente vivían Shinku y Alice, aunque realmente parecía que no había nadie ya que nunca hacían el más mínimo ruido, eran como fantasmas. En la habitación de la esquina dormía sola Momoe, que esperaba ansiosa las otras dos chicas que dormirían con ella, esperaba que en un futuro no muy lejano pues se sentía muy sola en aquella habitación tan grande. A su derecha estaba la habitación más escandalosa de la casa: Megumi, Hikari y Jessica. Aunque todos sabían de sobra que el escándalo era siempre por culpa de Jessica, a la que además le gustaba mucho meter mano a Hikari y Megumi mientras dormían, por lo que en mitad de la noche era normal escuchar gritos en la tercera planta, ya nadie se sorprendía. Y por último, la habitación al lado de los baños estaba también vacía, pero acondicionada para dos personas.

Sin duda era la planta más numerosa, puesto que en la primera solo estaban los primos Ryuichi y Max en la habitación de la esquina, Hiro y Koichi en la de al lado y la habitación junto al gimnasio estaba solo Zero (aunque Max pasaba más tiempo en la habitación de su amante que en la suya propia).

La segunda planta era la más solitaria. Sophie y Kyaa dormían en la primera habitación a la derecha, tenían toda la planta para ellas solas. Kyaa por lo menos, porque Sophie no demostraba mucho entusiasmo, deseaba con fervor más niños para poder jugar, y esperaba con todo su corazón que no tardasen mucho.


Sakura esperaba en el sofá un poco ansiosa, retorciendo el borde de su camiseta, lo que hacía siempre cuando se ponía nerviosa. Koichi le frotaba el hombro cariñosamente para tranquilizar a su novia. KUMO le había dicho a Sakura que la chica era algo... “especial” y Sakura no podía estar más encantada... Aunque no entendió del todo bien a que se refería con lo de “especial” …


Una chica con unas maletas atravesó las puertas principales y las arrastró hasta el porche, donde la puerta abierta la invitó a pasar. Dejó las maletas en la entrada  y abrió la primera puerta que vio, la que conducía al patio interior del árbol. Fascinada con aquella casa, contempló el árbol como si jamás hubiera visto algo semejante. Portaba a su espalda una larga lanza blanca. La desenfundó y dando una rápida vuelta apuntó a la persona que había a su espalda asustándola.

-¡Ah! -gritó Ichigo cayendo al suelo.
-Ay, perdona, pensé que eras un zombie... Espera, que te ayudo a levantarte. -dijo la chica cogiendo a Ichigo por la mano y guardando de nuevo su lanza en la funda.
Ambas se sentaron en el borde que rodeaba al gran árbol, mientras sus piernas colgaban acariciando suavemente la tierra. Ichigo no le quitaba ojo a la chica. Tenía una larga melena naranja, y unos grandes ojos castaños con destellos rojos. La chica parecía perdida en la nada, miraba un punto fijo y a Ichigo le daba bastante miedo. Llevaba un uniforme de escuela japonesa, blanco y verde, y un coletero amarillo recogía en una pequeña coleta parte de su melena por atrás.

-O-Oye, ¿eres nueva, verdad? -preguntó Ichigo.
-Sí, perdona por no haberme presentado. Soy Rei Miyamoto, jefa del club de soujutsu. -se presentó haciendo una reverencia en el suelo.
-Yo soy Ichigo Bara, jefa de la sección de espionaje y asesinatos en la SIA. -se presentó también con una pequeña reverencia.
Tras unos segundos de silencio, Rei se levantó de repente. Ichigo, confusa por la conducta de la pelirroja, se levantó también y miró donde lo hacía Rei. No había nada, pero la estudiante miraba un punto con profundo temor.
-¿Te ocurre algo Rei? -preguntó Ichigo.
-Dios... Me han seguido... Estate muy quieta Ichigo, no te preocupes, yo te protegeré.
-¿Qué dices?
Rei sacó su lanza de una funda que portaba a la espalda. Ichigo asustada por su extraña actitud se separó y se pegó a la pared del fondo. Entonces, la pelirroja, sin previo aviso corrió hacia aquel punto y empezó a combatir contra un ser invisible. Ichigo no sabía si se estaba volviendo loca ella o la loca era Rei, solo sabía que era mejor no llevarle la contraria a alguien con lanzas. Le botan mucho los pechos al saltar... pensaba Ichigo.
El follón que estaba montando la pelirroja era tan grande que Sakura corrió a ver que ocurría y se encontró con la escena.
-¡Rei, Rei! ¿Qué haces!-corrió a detenerla.
-¡Cuidado Sakura, no te metas! -le advirtió Ichigo desde la seguridad de la pared.
Sakura, con una agilidad propia de sus entrenamientos de kendo arrebató la lanza de las manos de Rei, la cual aturdida miró a Sakura a punto de llorar.
-Vas a hacer que nos maten...

La escena se tranquilizó, Ichigo, Sakura y Rei se sentaron en un sofá del salón y hablaron con la pelirroja. Ella les afirmó rotundamente que estaban siendo invadidos por zombies y debía luchar contra ellos. Entre sus papeles de billetes de avión y demás cosas, Sakura encontró un dictamen médico. Rei era una enferma mental. Su enfermedad le hacía padecer alucinaciones visuales y sonoras en las cuales veía y oía zombies. Sakura por fin entendió la palabra “especial” que había utilizado KUMO aquel día. “Quiero que Ichigo y tú cuidéis de ella, es una magnífica chica y una gran amiga, es muy especial.” le había dicho su casera. Y Sakura, con toda la buena bondad de su corazón, abrazó a Rei y le dio la bienvenida a la familia. Ichigo, un poco a su pesar, lo hizo también.
-Tienes mucha energía, ¡cómo yo! -le dijo Ichigo a la pelirroja abrazándola.
-¿Tú crees?
-No le hagas mucho caso a Ichigo, es un poco hiperactiva y a veces se pone insoportable.-le confesó Sakura con una sonrisa.

Subieron a su habitación e instalaron a la nueva. Dejaron a Rei duchándose y Sakura aprovechó para convocar a la familia e informarles de la nueva inquilina.
Cuando la pelinegra-pelirroja llegó al salón estaba todo el mundo. Shinku en una esquina miraba aburrida la alfombra. Koichi estaba sentado en un sofá junto a Max y Zero, Jessica y Judith sentadas a la mesa con las piernas cruzadas, Sophie y Lillium en los puffs del suelo, Megumi y Hikari sentadas también en sillas, Hiro sentado en otro sofá con Momoe encima y Ryuichi a su lado, Alice sentada en una esquina con un libro. Yasu como de costumbre no estaba, no le interesaba lo más mínimo la familia, o por lo menos aquella familia.

-Em... Buenas noches a todos.
Algunos dieron las buenas noches, otros parecían ansiosos por saber que pasaba para irse lo más rápido posible.
-Esto... Seré breve. Ichigo y yo queríamos hablaros sobre la nueva inquilina, la chica nueva que dormirá con nosotras.
-¿Qué pasa? -preguntó alguien al fondo.
-Ante todo, pedimos comprensión. -pidió Ichigo.
-Sí, un poco de madurez por parte de todos. Esta chica, Rei Miyamoto, no lo ha pasado bien. Aunque su vida no ha sido ni la mitad de dura que la de muchos de los que estáis aquí, ella ahora necesita la comprensión y el amor de todos nosotros.
-¡Decid ya lo que le pasa!
-Veréis, Rei padece una enfermedad que le produce unas alucinaciones horribles. Piensa que hay zombies que la persiguen.
Todos exclamaron apenados y sorprendidos.
-No queremos que resulte una carga para nadie, de hecho, Ichigo y yo hemos firmado unos papeles, nosotras somos las responsables de cualquier daño que provoque Rei cuando... Bueno, cuando sufra esas alucinaciones.
-Solo queríamos informaros. Ella no es consciente de lo que le pasa, piensa que todos vemos esos zombies y solo quiere protegernos, antes me ha protegido a mí. Solo os pedimos que le sigáis el juego, no sería bueno para ella que le llevéis la contraria. Y que tengáis cuidado cuando saque la lanza, nada más.
-¿Encima lleva una lanza? Eso es peligroso... -se oyó decir.
-La lleva por su propia seguridad, no os hará daño a nadie, por favor, dadle una oportunidad.
Toda la sala quedó en silencio y Rei bajó las escaleras en pijama. Miraba a todos desconcertada, con aquella mirada perdida que la caracteriza.
-¿Qué pasa?
-Mira Rei, esta es tu nueva familia. -le dijo Sakura cogiéndola por el hombro.
-¡Bienvenida a la familia, Rei! -gritaron todos.

Y entre abrazos y besos de bienvenida, Rei se sintió por primera vez querida y en familia

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