martes, 4 de junio de 2013

65 | 2/12/10 – Granada, España. Despejado.


La casa aquella tarde estaba casi vacía por completo, ese jueves era un día ajetreado. Las niñas estudiaban, las mujeres trabajaban, y los hombres tenían horarios de trabajo bastante dispersos. Ryuichi estaba promocionando su nuevo álbum y a penas se le veía por casa, Zero estaba trabajando pero llegaría pronto, Hiro estaba con Momoe en el salón y Max como de costumbre no se sabía donde estaba. Koichi descansaba en el borde junto al árbol central. Miraba el fondo del corredor, donde estaba la puerta de la calle.

-Fuah, como me aburro...-bostezó el moreno- Necesito un hobby fuera del trabajo pero ya.

Vio como alguien entraba por la puerta. Parecía que buscaba a alguien. Koichi no tenía una vista muy buena, pero veía unas largas y finas piernas, muy pálidas. Se le antojaron suaves al tacto. Koichi tenía novia por supuesto, pero eso para él no significaba que no pudiera mirar a otras mujeres, y esa era bastante interesante, tenía algo que le atraía exageradamente. Sin proponérselo siquiera ya se estaba acercando a ella por detrás.
¿Una chica nueva? Joder que pierrrrnas...” pensaba Koichi cuando se pegó a la chica por detrás.

-Hola guapa, ¿eres nueva? -preguntó el moreno al oído de la mujer.
-¿Qué coño haces? -le respondió una voz conocida.
La “mujer” se dio la vuelta y Koichi dio un salto hacia atrás. Era Max.
-¡Dios Max!-exclamó el moreno.
-Joder, qué manía tenéis todos (refiriéndose a Zero)... ¡¡QUÉ NO SOY UNA TÍA, HOSTIA!! -dijo enfadado largándose por donde había venido.
-Lo siento Max, yo...
-¡Olvídame! -gritó dando un portazo.

Max, harto de que lo trataran como una mujer entró en el salón, y como le pasaba muchas veces, se quedó de pie en mitad de la habitación pensando. Con la cabeza en las nubes.
Necesito un corte de pelo ya...Tengo la melena muy larga.” pensaba Max.
Alguien entró en la habitación, un hombre alto, fuerte y peliblanco.
Anda, esa tía me suena de algo...” pensó Zero, el cual tampoco veía muy bien de lejos.
-¡Chica perdona! ¿Has visto a un chico con el pelo castaño así como muy gay?-preguntó en la distancia mientras se iba acercando.
-¿Hablamos de quién es más gay?-respondió el menor harto ya.
-¡Dios Max! Perdóname cariño. -se disculpó abrazándolo por la espalda.
-¡Déjame en paz! ¿¡En qué idioma tengo que decir que no soy una tía!? ¿¡QUÉ PASA, QUE TAMPOCO ME PUEDO PONER PANTALONES CORTOS O QUÉ!?-gritó exasperado intentando librarse de su amante.
-Cielo, lo siento de verdad...
-Déjame, tonto... -susurró haciendo pucheros.
-Te estaba buscando.
-¿Qué pasa? -preguntó olvidando el dichoso tema.
-¿Me vas a decir ya de una vez que te pasa con mi amigo?-preguntó por enésima vez.
-¿Cómo es tu amigo? Fisicamente me refiero.
-¿Eh? Pues... Tiene el pelo corto, muy rubio, casi blanco, siempre se hace crestas. Tiene los ojos azules y amarillentos... No sé... Es muy metrosexual, jajaja, diría gay, pero tiene mujer y una hija así que por ahora lo descarto. -comentó riendo el peliblanco.
-V-Vale... Me... Me tengo que ir a trabajar... -dijo Max antes de salir corriendo escaleras arriba.
-¡Max, espera!
Max desapareció a la velocidad de la luz, y Zero se quedó sin palabras.
-¿Pero que le pasa? No hay quien entienda a las mujeres... -dijo burlón.
Zero se dio cuenta en aquel momento que en el sofá del fondo estaban su prima Momoe y Hiro besándose y... Haciendo cosas de novios. Zero desaprobaba por completo aquella relación, e intentaba que no se le notara mucho.
-Hiro, ¿puedes sacar la cara del escote de mi prima un segundo?-preguntó arqueando una ceja.
-Eh, s-sí... ¿Qué pasa? -preguntó algo avergonzado.
-¿Sabes si Max ha visto alguna vez a Kevin?
-Pues yo diría que no, pero que tampoco lo sé seguro...
-Bueno... Da igual... Hasta luego. -se despidió subiendo las escaleras y dejando a la pareja a solas.


Arriba Zero intentó que Max le abriera la puerta. Después de un rato, Max apareció a sus espaldas asustándolo.
-¿Qué haces Zero?
-¡Ah! Joder Max, pensé que estabas en tu habitación.
-He ido un momento al baño...
-Max, ¿qué te pasa? Llevas unos días muy raro y creo que es por lo de mi amigo que...
El menor lo interrumpió besándolo esta vez no con pasión, si no... Triste. Indefenso. Zero llevaba años sin notarlo así, aquellos dos años habían hecho madurar a Max y el mayor lo notó al regresar, lo veía confiado en sí mismo, sexy, decidido. Pero por primera vez en mucho tiempo, el peliblanco notó a su amante muy pequeño y frágil, parecía que pudiera llorar en cualquier momento.
-¿Max estás bien?
-¿Vamos a tu habitación?


2:10 am. Max dormía semidesnudo cubierto por las mantas de la cama de su amante. Zero, fumaba sentado en el sofá, en ropa interior. Se lamentaba por no haberle preguntado nada acerca de Kevin, pero parecía que algo malo le pasaba a su novio, y por supuesto, Zero jamás diría que no a una propuesta de sexo de Max, eso para él era un sacrilegio. Fumaba de espaldas a su amante, dándole vueltas y vueltas a lo que pudiera estarle ocurriendo, estaba tan metido en sus teorías que ni siquiera oyó la puerta abrirse, o las sábanas retorcerse.
-Dame un besito... -susurró una voz femenina que Zero no llegó a oir.
-Hhhmmm... Zero, déjame en paz... -murmuró Max.
-Pero si yo no... ¡OYE! -gritó dándose la vuelta. -¡Fuera de ahí Jessica!-le gritó enfadado.
-Es que dormido está muy mono...
-¡Fuera!
-Cállate ya, Zero... -murmuró de nuevo Max dándose la vuelta.
-No me lo puedo creer... -se lamentó Zero mientras Jessica reía.




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