lunes, 30 de junio de 2014

91 | 15/9/11 – Granada, España. Brisa fresca.

Mediodía. Los niños jugaban en una habitación acondicionada para ellos en la segunda planta. La habitación de juegos. Tenía un par de mesas y sillas, alguna estantería con libros, lápices y papeles para dibujar, también había sillones bajos... El suelo estaba cubierto de piezas de puzzle de un material blando y suave, todo pensado para los más pequeños de la casa.

Hibiki jugaba callada con sus peluches, sentada en el suelo. A los mayores les solía intrigar bastante que nunca dijese nada, incluso cuando jugaba sola. Sophie estaba sentada en lo alto de un mueble mientras dibujaba y arrugaba el entrecejo, gesto natural en ella. Hyun estudiaba sentado en una silla. No le gustan mucho las salas de juegos infantiles, los niños gritones le sacaban de quicio, pero como en aquella casa los niños (a excepción de Allan y Allen) eran todos bastante callados decidió quedarse allí.
Hyun llevaba días dándole vueltas. Y es que no podía sacarse de la mente a cierto rubio de ojos azules. Le costaba concentrarse. Cerró los ojos con fuerza para enfocar bien y centrarse en los estudios, pero una cara sonriente aparecía en su cabeza.
-Hola Hyun.
El coreano sacudió la cabeza, intentando alejar los pensamientos impropios de él. Era realmente insoportable.
-Deja de pensar en tonterías y estudia. -se dijo a sí mismo restregándose la cara con las manos.
-¿Pensar en qué?
El castaño alzó la vista y allí estaba, el causante de todo su mal. Matt le miraba sonriente, agachado, apoyando la cabeza y las manos en el borde de la mesa.
-En nada, pesado... -contestó cruzando los brazos y sonrojándose ligeramente.
Matt le dedicó una mirada de confusión mientras el moreno dirigía la suya al fondo de la sala. Había un sillón bajo y sobre él estaban Misaki y Kain. El rubio dibujaba en un cuaderno y Kain simplemente estaba tumbado al lado, sin hacer nada.
-¿Qué hace Kain tan pegado a Misaki? -preguntó Hyun que no daba crédito a lo que veían sus ojos.
-Solo duerme a su lado...
-Por favor, Kain se pone solo o lo más alejado posible de los demás... -dijo muy observador.
-Hahaha, Hyun, ¡eres un cotilla! Déjalos en paz, parece que se llevan bien...
-No soy un cotilla, es que me parece raro.
-Bueno, yo me voy con mi primo, nos vemos luego Hyun. -dijo despidiéndose no sin antes de irse darle un beso en la mejilla.
-S-Sí, yo tengo clase de inglés, m-me voy también... -dijo saliendo apresuradamente mientras su rostro se enrojecía.

Ambos salieron de la habitación, Hyun con paso ligero y Matt detrás intentando alcanzarlo. Mientras, al fondo de la habitación se “escuchaba” una charla silenciosa.

-¿Te gusta dibujar? -preguntó Kain.
-E-Em... Sí, sí... Mucho... -respondió Misaki.
-¿Cómo te llamas?
-Me llamo Misaki... ¿Y tú? -preguntó desviando la mirada del blog al suelo.
-Soy Kain. No había visto a ningún niño solo desde que llegué.
-Vaya... -Misaki no sabía qué responder.
Después solo se pudo oir un intenso silencio. Misaki era muy tímido y Kain no solía hablar mucho.
-Se ve que eres de pocas palabras, como yo. -dijo al fin Kain.
-Supongo...
El moreno simplemente cerró los ojos y se abandonó en el sofá. Misaki le escrutaba con la mirada. Tenía el cabello de un negro muy intenso. Toda su piel era tan pálida como la nieve. Se preguntaba si sería un vampiro, porque si no lo era lo parecía. Kain abrió un ojo y miró directamente a Misaki.
-P-Perdona... -se excusó Misaki.

Kain volvió a cerrar los ojos y Misaki volvió a su dibujo. Pasó la página del blog y comenzó uno nuevo. Parecía ser una cara de un chico durmiente.


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