jueves, 19 de febrero de 2015

97 | 6/2/12 – Granada. Día completamente normal.



Era una tranquila mañana de viernes. El cielo estaba despejado, los pajarillos cantaban, la luz se colaba por las cortinas iluminando la habitación de Max. Había dos bultos en su cama, ambos tapados hasta arriba con las sábanas. Se podían intuir dos figuras masculinas. Una de ellas comenzó a despertarse, se irguió y estiró los brazos con fuerza.

-Hhm...  -murmuró Max a punto de despertarse.

El otro le miró y le sonrió. Acercó su mano y comenzó a acariciarle la cabeza.

-Buenos días, enano. -dijo con entusiasmo el moreno.
-Uuhhm... Buenos días, Hiro... -contestó el menor frotándose los ojos.
-Hace un día muy bonito, ¿no crees?
-¿Cómo puedes tener tan buen humor por las mañanas? -preguntó Max con cara de asco y sueño.
-No sé... Hace un día bonito, he dormido bien por primera vez en mucho tiempo y estoy aquí con mi amigo, ¿qué más puedo pedir? -sonrió el moreno.
-Hahaha, qué optimista eres, Hiro... Aaaah, pues yo tengo sueño... -dijo Max bostezando.
-Estarás cansado de ayer por la noche... -contestó burlón sacando la lengua.
-Me han dado más caña y durante más rato, no te eches flores. -dijo frío el menor.
-No me echo flores enano... Entonces qué, ¿has vuelto con Zero? Ayer me lo ibas a explicar y acabamos haciendo otras cosas...
-Ciero... Pero ya sabes Hiro, tengo mis necesidades.
-Lo sé, por eso no te paré. -rió.

Max se quedó mirando a sus manos por unos instantes, se notaba un poco alicaído. No es que no le gustase tener sexo con su amigo, ya eran muchos años y había cierta confianza... Pero él quería estar con Zero. Y a la vez no quería, le asaltaban las inseguridades y pensaba ¿Y si me da otro aire y le vuelvo a hacer una putada? Él ya lo ha pasado bastante mal...Max quería estar 100% seguro de que amaba a Zero y de que sus sentimientos por él eran igual de fuertes e intensos que los que el peliblanco sentía por Max.

-Hace ya un tiempo que estoy solo y... Estar solo me hace pensar, me hace sentirme vacío, no quería estar como hace unos años... -dijo al fin en voz alta.
-Que bonito... ¡Has madurado, ya no te quieres tirar a todo lo que ves! -dijo contento Hiro pasándole un brazo por los hombros.
-Shut up!
Max estuvo de morros un momento y después de mirar a Hiro y a su cara de “sigue con la historia” volvió a hablar.
-Empecé a recordar los buenos momentos con Zero... Lo bien que cuidó siempre de mí... Lo mal que lo traté yo... No se merece nada malo...
-¿Y entonces?
-Entonces... Me disculpé, fui a hablar con él y me disculpé por todo lo que le había hecho.
-Qué fuerte... Tú disculpándote... Hiciste bien. Aiiis, mi pequeño Max, que se hace mayoooor. -dijo Hiro abrazando al menor.
-Hahah, ¡cállate! … Bueno... El caso es que me puse a llorar, y ya sabes que a Zero le da mucha pena cuando lo hago y me consoló y bueno... Nos besamos... Bueno, me besó él...

Hiro esperó unos segundos, su cerebro lo estaba procesando. Giró rápidamente la cabeza y miró a Max con seriedad y sorpresa.
-¿Y entonces qué leches haces acostándote conmigo?
-Oye, que no dijimos nada de volver, soy libre aún y lo tengo muy claro... Si quiere volver conmigo quiero sinceridad completa. Así que cuando lo vea hablaré con él, no vaya a ser que se haga ilusiones tan rápidamente.
-Madre mía... Cómo para salir contigo, menos mal que somos follamigos...
-Anda cállate, ¿te hace un polvete mañanero? -preguntó Max sentándose encima.
-Venga, vale. -contestó sonriendo.

Hiro y Max se habían acostado muchas veces, sabían lo que le gustaba al otro, lo que no, sus mejores puntos, las posiciones más cómodas... Aún así nunca iba más allá de follar como animales en celo. No había amor romántico, no había “te quieros” en mitad del acto, no había caricias y cigarros después. Max gemía, gritaba y botaba encima de Hiro que solo podía agarrarse de las caderas del menor y darlo todo debajo de las sábanas.

-¿Max? … ¡Max!

El castaño sacó la cabeza de debajo de las sábanas.
-O-Oh... Hola Zero... -saludó incómodo.
-Qué coño... -contestó el peliblanco.
-Venga hombre, ya estoy en medio otra vez, si es que no me libro nunca... -susurró Hiro tapándose la cara con una mano.

Típica escena de comedia romántica. Max se levantó desnudo y encaró a Zero que estaba tan enfadado que podría haber echado espuma por la boca como un perro rabioso.

-¿¡ME ESTÁS ENGAÑANDO CON HIRO!?
-¡NO PERDONA, NOSOTROS AÚN NO SOMOS NADA Y YO SOLTERO ME TIRO A QUIEN ME DE LA GANA!

La cara de Zero se relajó y a la vez se tiñó de preocupación.
-¿Qué...?
-Zero, nos besamos y yo me disculpé y estaba muy triste y nos abrazamos... Fue todo tan rápido, me pillaste con las defensas bajas... No quiero ir tan rápido, necesito saber que estoy completamente enamorado de ti. -concluyó.
-Yo pensaba... Bueno vale, vale, si tengo que enamorarte otra vez lo haré. -dijo con convicción cerrando un puño.

-A todo esto, Hiro, ¿tú no estabas con mi prima? -volvió a decir Zero.
-Yo...
-¡Hijo de puta! ¡No solo engañas a mi prima si no que te tiras a mi futuro novio! -gritó el peliblanco abalanzándose sobre Hiro.
-M-Maaax... Socorro... -murmuró Hiro mientras Zero le asfixiaba.
-No os conozco a ninguno de los dos. -dijo simplemente el menor mientras ordenaba la ropa.



Fotohistoria aquí

No hay comentarios:

Publicar un comentario