Una tarde cualquiera, Max comía pastelitos sentado en el “sofá de
la tele” (Así habían bautizado al sillón que estaba frente la
enorme televisión de plasma). Miraba la televisión sin prestarle la
más mínima atención, su mente aún estaba inestable a causa de la
repentina aparición de su ex novio Zero. Cuánto había pensado en
él... Si estaba bien, si pensaba en él, si aún sentiría algo...
Por supuesto no tenía la más mínima intención de preguntárselo,
directamente no hablaba con él. Lo odiaba y lo quería a la vez,
pero eso último no lo reconocería aunque le fuera la vida en
ello... ¿O a lo mejor sí?
Zero entró en el salón donde, Jessica, Hikari y Megumi jugaban a
las cartas en la mesa del fondo, Koichi yacía en la alfombra con la
cabeza sobre un puff y los ojos cerrados. Se acercó con paso
decidido junto a Max, que lo ignoró como el viento que se cuela
por la ventana.
-Venga Max, perdóname por favor.... Si sabes que te quiero
muchísimo... -suplicó sentándose en el brazo del sofá y pasando
uno de sus brazos por los hombros de Max.
-No. -contestó frío.
Zero se sentó en el extremo del sofá, todo lo lejos de Max que el
mueble le permitía.
-Jo, antes no eras así de arisco, te pasabas el día encima mío
haciéndome mimitos... -dijo profiriendo un gran suspiro al final.
-La gente cambia y yo he cambiado. Así estoy más seguro. -dijo el
castaño con la cabeza gacha.
Zero lo miró de hito en hito, intentando buscar alguna explicación
coherente al comentario del menor. Koichi abrió lo ojos y como si
hubiera estado allí todo el rato siendo partícipe de la
conversación, se acerco a ellos.
-No le hagas caso, es que ahora es bipolar, como si a mí no me diese
mimos. -dijo entre risas de satisfacción.
Jódete que Max me quiere más a mí, pensó Koichi.
-Max siempre ha sido bipolar, cazurro. -le contestó un cortante
Zero.
Yo me lo he tirado y ha gemido como un loco, a diferencia que
contigo, pensó Zero.
-Ais, Max, a ver cuando volvemos a hacerloooo. -dijo Koichi con
retintín sentándose entre Zero y Max.
-La verdad es que por ahora no me apetece...
-¿¡Qué!? -exclamó Koichi entre sorprendido, ofendido y furioso
por la cara victoriosa de Zero.
-Entonces yo sí te podré hacer algo, ¿no? -preguntó Zero
vacilando y sentándose entre Koichi y Max.
-Ni muerto.
Zero se echó encima de Max empujándolo sobre el sofá y sujetándole
las muñecas.
-No seas soso, antes siempre tenías ganas. -dijo Zero sonriendo
socarronamente.
-¡Quita de encima! -gritó Max intentando quitarse al peliblanco de
encima.
Koichi separó bruscamente a Zero de Max que lo miraba con gesto
enfadado.
-Eso, quita tus sucias manos de Max. -le espetó enfadado poniéndose
de nuevo entre el peliblanco y el castaño cogiendo al último en sus
brazos.
-El que lo tiene que soltar eres tú.
Zero y Koichi comenzaron a gritarse mientras intentaban coger a Max y
quitárselo de las manos a su rival.
-¡VALE YA! -gritó Max.
Se hizo el silencio más absoluto en toda la sala y ambos se
separaron de él. Las chicas al fondo se habían callado para
escuchar. Max se levantó del sofá enfadado y caminó hasta el pie
de las escaleras.
-Estoy harto de que me veáis como un objeto, a ver si os enamoráis
entre vosotros y me dejáis ya tranquilo, coño... Me voy a fumar....
-les soltó mientras se daba la vuelta para subir las escaleras.
-¡Te he dicho que no fumes! -le dijo Koichi desde el sofá.
-¡NADIE ME DA ÓRDENES! -gritó Max mientras subía las escaleras
con fuertes pisadas.
Koichi y Zero se desplomaron en el sofá y suspiraron a la vez.
Después de un minuto, ambos se miraron buscando apoyo en el otro.
-Quizás nos hemos pasado un poco... -dijo por fin Zero.
-NOS HEMOS pasado un poco. -le corrigió Koichi.
-¡Has sido tú quién ha intentado ponerme celoso!
-¡Mis razones tengo!
-¿Ah sí? A ver, ¿cuáles son? -preguntó el mayor mirándolo como
a un mentiroso.
-¡Pues que si vosotros volvéis, Max ya no se pasará las tardes
conmigo, solo querrá estar contigo! -dijo Koichi quitándose un peso
de encima.
Volvió a producirse un silencio. Zero lo miraba con pena.
-Koichi yo...
-Tú le quieres, él también te quiere y yo no quiero ser ningún
impedimento en vuestra relación... -dijo triste.
-Él no me quiere Koichi...
-Sí, sí te quiere, a veces cuando está dormido lo oigo murmurar tu
nombre. Me ha hablado de ti y de cuando vivíais juntos. A ti te mira
diferente.
-Me mira con odio...
-Y además me lo ha dicho...
-¿T-Te ha dicho que.... que me quiere? -preguntó el ojilila
ilusionado.
-Sí, verás....
~Algunas semanas atrás~
Max lloraba en una esquina de su habitación, tapándose la cara con
las manos, mojadas de lágrimas.
Koichi que había ido a su habitación para jugar con él a las
cartas, lo encontró contra la pared, sentado en el suelo y ocultando
su rostro. Se acercó a él y se arrodilló delante suyo.
-¡Max! ¿Qué te pasa? -preguntó urgente el moreno.
-Nada... Koichi déjame... -intentó apartarlo sin conseguirlo.
-Max... No me gusta nada verte llorar, pero aún menos no saber
porqué... Cuéntamelo, somos amigos, ¿no?
-Es que... -hizo una pausa y cogió aire- Mi novio y yo lo dejamos
hace dos años, pero no paro de pensar en él...
-Bueno, pero si lo dejasteis es que no era una relación solida ni
con futuro, así que no le des más vueltas.
-No lo dejamos, le dejé yo... Porque soy un estúpido, un celoso, un
infantil de mierda....
-No digas eso, tú eres una gran persona y tienes muchos amigos, así
que tan estúpido no serás. -le intentó animar Koichi.
Koichi rodeó a Max entre sus brazos, odiaba ver así a su amigo,
pero aún más odiaba ver que ese mal era a causa de otro hombre.
Estaba... ¿Celoso?
-Necesito verle... -dijo Max en voz baja, casi en un susurro.
-Estoy seguro de que algún día lo verás.-dijo Koichi muy a su
pesar.
-Te quiero Zero...
-Para, para el carro, ¿me estás diciendo que ya sabías quién soy?
¿Entonces para qué me preguntaste? ¿Y por qué me pediste que te
contara toda la historia?-dijo Zero confundido.
-Te lo pregunté porque no me dijo como eras físicamente y te pedí
que me contases la historia porque Max no me la contó, solo me habló
de que lo dejasteis, pero nada más, tenía curiosidad. -contestó
Koichi haciendo una risita al final.
-Así que... Dijo que me quiere.... Tengo que hablar con él.
-decidió levantándose del sofá.
-¡Ánimo! Pero si volvéis a ser novios, déjamelo un rato, ¿eh?
-Sí.
Zero le sonrió por primera vez de una manera sincera y salió
corriendo. Al subir al primer piso y entrar al pasillo se le cayó el
alma al suelo. Jessica cerraba la puerta de la habitación de Max e
iba ataviada solamente con un picardías negro transparente y un
tanga a juego.
-¿Qué...?
-Max está en su habitación dormido, está agotado. -dijo entre
risas que ponían a Zero de los nervios.
-¿¡CÓMO!? -exclamó el chico.
Max salió de su habitación por el ruido.
-Voy a comprar tab... -dijo antes de quedarse petrificado por la
escena: Zero y Jessica solos y ella en ropa interior. - …
Bueeeno... me voy ya.... -concluyó pasando rápido por su lado sin
mirarlos.
-¡Nooo! ¡Max! ¡Espera! ¡Que me ha engañado! ¡No estaba haciendo
nada con ella!
-¡Hasta luego Max, compra condones que se nos acaban! -gritó
Jessica por encima de Zero sujetándolo por la camiseta.
Max se paró antes de bajar por las escaleras y dándose la vuelta
con una soltura y elegancia únicas, le dedicó a Zero una sonrisa
malvada.
-Vale, que te lo pases bien con ella Zero, esta mujer es una sorpresa
en la cama. -le dijo el castaño al peliblanco riendo.
-Que hijo de... -dijo por lo bajini mientras el menor, que le había
oído, bajaba las escaleras.
-Aaaaay Zero, ¡qué bueno estás! -dijo Jessica saltando a sus
brazos.
-¡Suéltame pervertida, que soy gay! -intentando quitarse a la
pelirroja de encima.
-Mejor, te voy a traer del lado oscuro.
-Estoy bien en el lado oscuro, déjame.... -dijo Zero andando
lentamente hacia la puerta de su habitación.
-¡Veeeen aquíííí!
Jessica corrió hacia él pero el peliblanco ya se había encerrado
en su cuarto.
Fotohistoria aquí
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