viernes, 3 de agosto de 2012

4 | 14/1/06 - Japón, Tokyo. Soleado con algunas nubes.


Max volvía de hacer “algunas” compras en el centro. Ese mismo día se dio cuenta de cuanto le gustaba la moda y la ropa. Nunca había ido de tiendas, su madre siempre le había elegido la ropa por lo que nunca había estado en ningún probador ni había pagado en caja haciendo cola.
Llegó con 6 bolsas en cada mano por lo menos, y según sus pensamientos, no sería la última vez ese mes que compraría tantas cosas. Era adictivo.

-Madre mía, qué de bolsas Max... -le dijo su casera sonriendo mientras miraba sus bolsas.
-Jaja, bueno, es que no me he traído mucha ropa y necesitaba un fondo de armario. -dijo entre risas.
-¿Fondo de armario? Con todo lo que te has comprado podrías tener un vestidor.
-¿Usted cree? La verdad es que me gustaría mucho tener uno...

Su casera volvió a sonreirle y se metió en la cafetería. Max siguió el pasillo hasta la bifurcación y al girar a la izquierda chocó con alguien y cayó al suelo junto con todas las bolsas.

-¡Perdona! ¿Te he hecho.... -dijo mirando a Max realmente fascinado- ...daño?
-¡Auch! -dijo tocándose el trasero- Tranquilo, estoy bien...creo.
El chico le tendió la mano y Max la aceptó, lo que no esperó es que lo levantara tan rápido, por lo que se agarró a la camiseta del chico, asustado. El otro chico, de pelo negro y ojos color avellana se le quedó mirando fijamente unos instantes y luego se apartó, ruborizado.
-P-Perdona, soy algo brusco.... -dijo mientras le recogía las bolsas del suelo.
-T-Tranquilo.... -dijo Max aún algo rojo mientras cogía las bolsas que el chico le daba.
-Yo me llamo Toshiro, vivo aquí en el número 7. -dijo señalando su puerta.
-Yo soy Max, vivo al lado tuyo, en el 10. -dijo sonriendo e imitando la señalización.
-Espero... Verte por aquí más a menudo... -dijo mientras sus mejillas se volvían más y más rojas.
-E-Estaré, dudo que me vaya a alguna parte. -dijo Max algo sonrojado también.

Se metió en su habitación y cerró con llave. Mientras dejaba las bolsas en el suelo comenzó a desatarse las zapatillas mientras pensaba en Toshiro. Era bastante guapo.

-¿¡En qué estás pensando!? ¡¡Es un hombre!! -se gritó Max a sí mismo.
Acto seguido, se tapó la boca con fuerza, esperaba que nadie le hubiera oído y menos él.
No sabía porqué, pero por un momento se le vino una imagen a la mente. Él besando a Toshiro mientras lo rodeaba con sus fuertes brazos. Un beso húmedo y apasionado. Se ruborizó y trató de pensar en otra cosa mientras se probaba su nueva ropa y la iba metiendo en el armario.


La verdad es que Max jamás había tenido ninguna relación con ninguna niña. Ni siquiera le había dado su primer beso a nadie. Su primo Ryuichi siempre había intentado que Max le diera un beso, solo para “saber qué se siente”, pero con su primo no podía, era imposible para él, por mucho aprecio que le tuviera, su primer beso lo tenía reservado para alguien especial, que lo quiera como nadie y que le parezca la persona más maravillosa del mundo.

Comenzó a plantearse si sería gay. “Al no haber probado nunca a una mujer, existe la posibilidad de que me gusten los hombres...” pensó Max. Verdaderamente nunca se había sentido atraído por ninguna mujer ni por ningún hombre. Niño o niña. Luego pensó “tengo 12 años, casi 13, ¿realmente es necesario que me plantee eso ahora? Aún tengo mucha vida para pensar qué me gusta...”.
De repente, alguien llamó a la puerta sacándolo de sus pensamientos. Dejó una camiseta rosa de leopardo muy fina que había comprado una tienda fashionista del centro de Tokyo y se aproximó a la puerta. Abrió lentamente y se encontró con la cara de Toshiro.

-Hola, ¿puedo pasar? -dijo el chico con una sonrisa.
-C-Claro,pasa pasa, perdona el desorden, llegué hace pocos días y aún estoy comprando cosas.... -dijo mientras volvía a su ropa para doblarla y meterla en el armario.
-No te preocupes, sé lo que es una mudanza, es un coñazo. -dijo rudamente sentándose en el suelo al lado de la mesa mientras miraba como Max doblaba la ropa.

A Max le pareció graciosa la palabra coñazo, nunca había usado un lenguaje tan soez, se le antojó atractivo, y acto seguido negó con la cabeza para quitarse esos pensamientos de su mente.
Mientras tanto Toshiro lo miraba escrupulosamente, aunque se había centrado más en las piernas de Max, que cubría con unos calcetines altos negros dejando ver un trocito de su muslo entre éstos y los pantalones cortos grises. Pensó que tenía un cuerpo adorable, hecho para el pecado, pero que parecía que aún no lo había descubierto.

-Oye, Max, ¿tienes novia? -preguntó el castaño.
-Pues no... No, la verdad es que con todo el lío del cambio de país y de idioma no me he puesto a buscarla, jeje. -dijo riendo ligeramente.
El chico parecía que realmente no sabía que edad tenía Max, es cierto que aparentaba mayor por su altura y su mentalidad, pero no mucho más mayor de 14 años. Si el chico hubiese sabido su edad desde un principio quizás no hubiera hecho lo que estaba a punto de hacer.
-¿No? -dijo acercándose a Max por detrás mientras éste colocaba una camiseta negra con letras rojas encima de las demás camisetas.- Pues con lo guapo que eres me extraña...Aunque a lo mejor es que el género femenino no es lo que verdaderamente te atrae.-dijo cogiéndolo un poco por las caderas.
Max reaccionó algo brusco. Nadie le había cogido así antes. De las caderas. Hablándole con ese tono sensual. Comiéndoselo con la mirada. Tal vez Ryuichi muy de vez en cuando, pero siempre supo que no le haría nada, es su primo al fin y al cabo.
-¿Q-Qué haces? -dijo algo molesto dándose la vuelta y cerrando el armario.
-No sé, tal vez me falle el receptor, pero diría que me has mandado.... señales. -dijo subiendo una ceja y sonriendo pícaramente.
-Esto... Yo... Creo que tú te estás equivocando, yo no... -dijo Max algo ruborizado y asustado a la vez retrocediendo.
-¿Ah, sí? Yo creo que no me estoy equivocando. -respondió con un tono muy sexy acercándose a Max y acorralándolo contra la pared.
-¿Qué vas a...
Se cortó su pregunta porque la cara de Toshiro se acercaba como una bala, iban a chocar sus labios, sus lenguas pelearían y sus cuerpos se rozarían. Todo eso, aunque excitó a Max, no era lo que él quería para su primer beso. No quería un primer beso pasional, quería un primer beso bonito. Como el de las películas de romance que veía con su madre, que aunque después la pareja pasara a mayores (escena que su madre JAMÁS le dejó ver) el beso seguía siendo precioso y puro.

Max apartó su cara a tiempo, pero Toshiro vio ese acto bastante adorable por lo que, aprovechando que había ladeado la cabeza, empezó a lamer y morder el cuello de Max.
Como era de esperar, éste reaccionó como si lo estuvieran violando y con todas las fuerzas que tenía, que no eran muchas, lo apartó y lo miró con una cara de enfado bastante clara y evidente.

-¿Qué pasa? -dijo el chico desconcertado totalmente.
-¡No! ¡No quiero que mi primera vez sea así! -dijo Max gritando, daba la impresión de que todo el mundo se había enterado.
-Sabía que eras tímido y aunque parezcas delicado me ha dado la impresión de que tu ya controlabas el tema... -dijo algo decepcionado.
-¿Perdona? ¿Controlar el tema? Tengo 12 años, ¿qué tema quieres que controle? ¿El de matemáticas? Pues no, no controlo el tema, pero desde luego no quiero aprender a “controlarlo” contigo. -respondió muy enfadado mientras cruzaba los brazos, adoptando una pose, en mi humilde opinión, algo gay.
-¿¡12 AÑOS!? ¡MADRE DE DIOS! Pero... Pero si pareces más... O sea que... Espera un momento... ¿Qué haces viviendo solo con 12 años? -dijo confuso por toda la información que su cerebro tenía que procesar.
-¡Shh! Por favor, no digas nada, te lo ruego. -dijo Max en un tono de súplica.
-D-De acuerdo, no diré nada....Pero... ¿Por qué vives aquí? Solo respóndeme eso, te prometo que no se lo diré a nadie...
-No soportaba a mi padre, es la persona que más odio en todo el mundo. -dijo muy serio.
-¿Por qué? ¿Te ha hecho algo malo? ¿TE HA VIOLADO! -dijo Toshiro muy impresionado.
-¡¡NO, ANIMAL!! Es solo que...Bueno, cosas personales...
-Ah...Bueno, tampoco me habría extrañado, eres muy mono...
-G-Gracias... -dijo Max sonrojándose ante el piropo.
-Ha sido un placer conocerte, a ver si cuando seas más mayor nos volvemos a ver y hacemos algo que hemos dejado pendiente. -dijo guiñándole un ojo.
-I-Igualmente... -dijo entre avergonzado y algo alegre.


Terminó de guardar toda la ropa nueva. Se había comprado un pijama azul con ositos bastante gracioso. Pensó durante un rato y la verdad es que sí que se veía algo gay, dio como mil vueltas delante del espejo y se convenció del todo. Era totalmente gay, ¿cómo podía no haberse dado cuenta antes? De todas formas le daba igual, él quería a alguien especial en su vida, y estaba más cerca de lo que creía.  

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