Max volvía de hacer
“algunas” compras en el centro. Ese mismo día se dio cuenta de
cuanto le gustaba la moda y la ropa. Nunca había ido de tiendas, su
madre siempre le había elegido la ropa por lo que nunca había
estado en ningún probador ni había pagado en caja haciendo cola.
Llegó con 6 bolsas en
cada mano por lo menos, y según sus pensamientos, no sería la
última vez ese mes que compraría tantas cosas. Era adictivo.
-Madre mía, qué de
bolsas Max... -le dijo su casera sonriendo mientras miraba sus
bolsas.
-Jaja, bueno, es que no me
he traído mucha ropa y necesitaba un fondo de armario. -dijo entre
risas.
-¿Fondo de armario? Con
todo lo que te has comprado podrías tener un vestidor.
-¿Usted cree? La verdad
es que me gustaría mucho tener uno...
Su casera volvió a
sonreirle y se metió en la cafetería. Max siguió el pasillo hasta
la bifurcación y al girar a la izquierda chocó con alguien y cayó
al suelo junto con todas las bolsas.
-¡Perdona! ¿Te he
hecho.... -dijo mirando a Max realmente fascinado- ...daño?
-¡Auch! -dijo tocándose
el trasero- Tranquilo, estoy bien...creo.
El chico le tendió la
mano y Max la aceptó, lo que no esperó es que lo levantara tan
rápido, por lo que se agarró a la camiseta del chico, asustado. El
otro chico, de pelo negro y ojos color avellana se le quedó mirando
fijamente unos instantes y luego se apartó, ruborizado.
-P-Perdona, soy algo
brusco.... -dijo mientras le recogía las bolsas del suelo.
-T-Tranquilo.... -dijo Max
aún algo rojo mientras cogía las bolsas que el chico le daba.
-Yo me llamo Toshiro, vivo
aquí en el número 7. -dijo señalando su puerta.
-Yo soy Max, vivo al lado
tuyo, en el 10. -dijo sonriendo e imitando la señalización.
-Espero... Verte por aquí
más a menudo... -dijo mientras sus mejillas se volvían más y más
rojas.
-E-Estaré, dudo que me
vaya a alguna parte. -dijo Max algo sonrojado también.
Se metió en su habitación
y cerró con llave. Mientras dejaba las bolsas en el suelo comenzó a
desatarse las zapatillas mientras pensaba en Toshiro. Era bastante
guapo.
-¿¡En qué estás
pensando!? ¡¡Es un hombre!! -se gritó Max a sí mismo.
Acto seguido, se tapó la
boca con fuerza, esperaba que nadie le hubiera oído y menos él.
No
sabía porqué, pero por un momento se le vino una imagen a la mente.
Él besando a Toshiro mientras lo rodeaba con sus fuertes brazos. Un
beso húmedo y apasionado. Se ruborizó y trató de pensar en otra
cosa mientras se probaba su nueva ropa y la iba metiendo en el
armario.
La
verdad es que Max jamás había
tenido ninguna relación con ninguna niña. Ni siquiera le había
dado su primer beso a nadie. Su primo Ryuichi siempre había
intentado que Max le diera un beso, solo para “saber qué
se siente”, pero con su primo
no podía, era imposible para él, por mucho aprecio que le tuviera,
su primer beso lo tenía reservado para alguien especial, que lo
quiera como nadie y que le parezca la persona más maravillosa del
mundo.
Comenzó
a plantearse si sería gay. “Al no haber probado nunca a una mujer,
existe la posibilidad de que me gusten los hombres...” pensó Max.
Verdaderamente nunca se había sentido atraído por ninguna mujer ni
por ningún hombre. Niño o niña. Luego pensó “tengo 12 años,
casi 13, ¿realmente es necesario que me plantee eso ahora? Aún
tengo mucha vida para pensar qué me gusta...”.
De
repente, alguien llamó a la puerta sacándolo de sus pensamientos.
Dejó una camiseta rosa de leopardo muy fina que había comprado una
tienda fashionista del centro de Tokyo y se aproximó a la puerta.
Abrió lentamente y se encontró con la cara de Toshiro.
-Hola,
¿puedo pasar? -dijo el chico con una sonrisa.
-C-Claro,pasa
pasa, perdona el desorden, llegué hace pocos días y aún estoy
comprando cosas.... -dijo mientras volvía a su ropa para doblarla y
meterla en el armario.
-No te
preocupes, sé lo que es una mudanza, es un coñazo. -dijo rudamente
sentándose en el suelo al lado de la mesa mientras miraba como Max
doblaba la ropa.
A
Max le pareció graciosa la palabra coñazo,
nunca había usado un lenguaje tan soez, se le antojó atractivo, y
acto seguido negó con la cabeza para quitarse esos pensamientos de
su mente.
Mientras
tanto Toshiro lo miraba escrupulosamente, aunque se había centrado
más en las piernas de Max, que cubría con unos calcetines altos
negros dejando ver un trocito de su muslo entre éstos y los
pantalones cortos grises. Pensó que tenía un cuerpo adorable, hecho
para el pecado, pero que parecía que aún no lo había descubierto.
-Oye,
Max, ¿tienes novia? -preguntó el castaño.
-Pues
no... No, la verdad es que con todo el lío del cambio de país y de
idioma no me he puesto a buscarla, jeje. -dijo riendo ligeramente.
El
chico parecía que realmente no sabía que edad tenía Max, es cierto
que aparentaba mayor por su altura y su mentalidad, pero no mucho más
mayor de 14 años. Si el chico hubiese sabido su edad desde un
principio quizás no hubiera hecho lo que estaba a punto de hacer.
-¿No?
-dijo acercándose a Max por detrás mientras éste colocaba una
camiseta negra con letras rojas encima de las demás camisetas.- Pues
con lo guapo que eres me extraña...Aunque a lo mejor es que el
género femenino no es lo que verdaderamente te atrae.-dijo
cogiéndolo un poco por las caderas.
Max
reaccionó algo brusco. Nadie le había cogido así antes. De las
caderas. Hablándole con ese tono sensual. Comiéndoselo con la
mirada. Tal vez Ryuichi muy de vez en cuando, pero siempre supo que
no le haría nada, es su primo al fin y al cabo.
-¿Q-Qué
haces? -dijo algo molesto dándose la vuelta y cerrando el armario.
-No
sé, tal vez me falle el receptor, pero diría que me has mandado....
señales.
-dijo subiendo una ceja y sonriendo pícaramente.
-Esto... Yo... Creo que tú te estás equivocando, yo no... -dijo Max
algo ruborizado y asustado a la vez retrocediendo.
-¿Ah, sí? Yo creo que no me estoy equivocando. -respondió con un
tono muy sexy acercándose a Max y acorralándolo contra la pared.
-¿Qué vas a...
Se
cortó su pregunta porque la cara de Toshiro se acercaba como una
bala, iban a chocar sus labios, sus lenguas pelearían y sus cuerpos
se rozarían. Todo eso, aunque excitó a Max, no era lo que él
quería para su primer beso. No quería un primer beso pasional,
quería un primer beso bonito. Como el de las películas de romance
que veía con su madre, que aunque después la pareja pasara a
mayores (escena que su madre JAMÁS le dejó ver) el beso seguía
siendo precioso y puro.
Max apartó su cara a tiempo, pero Toshiro vio ese acto bastante
adorable por lo que, aprovechando que había ladeado la cabeza,
empezó a lamer y morder el cuello de Max.
Como era de esperar, éste reaccionó como si lo estuvieran violando
y con todas las fuerzas que tenía, que no eran muchas, lo apartó y
lo miró con una cara de enfado bastante clara y evidente.
-¿Qué pasa? -dijo el chico desconcertado totalmente.
-¡No! ¡No quiero que mi primera vez sea así! -dijo Max gritando,
daba la impresión de que todo el mundo se había enterado.
-Sabía que eras tímido y aunque parezcas delicado me ha dado la
impresión de que tu ya controlabas el tema... -dijo algo
decepcionado.
-¿Perdona? ¿Controlar el tema? Tengo 12 años, ¿qué tema quieres
que controle? ¿El de matemáticas? Pues no, no controlo el tema,
pero desde luego no quiero aprender a “controlarlo” contigo.
-respondió muy enfadado mientras cruzaba los brazos, adoptando una
pose, en mi humilde opinión, algo gay.
-¿¡12 AÑOS!? ¡MADRE DE DIOS! Pero... Pero si pareces más... O
sea que... Espera un momento... ¿Qué haces viviendo solo con 12
años? -dijo confuso por toda la información que su cerebro tenía
que procesar.
-¡Shh! Por favor, no digas nada, te lo ruego. -dijo Max en un tono
de súplica.
-D-De acuerdo, no diré nada....Pero... ¿Por qué vives aquí? Solo
respóndeme eso, te prometo que no se lo diré a nadie...
-No soportaba a mi padre, es la persona que más odio en todo el
mundo. -dijo muy serio.
-¿Por qué? ¿Te ha hecho algo malo? ¿TE HA VIOLADO! -dijo Toshiro
muy impresionado.
-¡¡NO, ANIMAL!! Es solo que...Bueno, cosas personales...
-Ah...Bueno, tampoco me habría extrañado, eres muy mono...
-G-Gracias... -dijo Max sonrojándose ante el piropo.
-Ha sido un placer conocerte, a ver si cuando seas más mayor nos
volvemos a ver y hacemos algo que hemos dejado pendiente. -dijo
guiñándole un ojo.
-I-Igualmente... -dijo entre avergonzado y algo alegre.
Terminó de guardar toda la ropa nueva. Se había comprado un pijama
azul con ositos bastante gracioso. Pensó durante un rato y la verdad
es que sí que se veía algo gay, dio como mil vueltas delante del
espejo y se convenció del todo. Era totalmente gay, ¿cómo podía
no haberse dado cuenta antes? De todas formas le daba igual, él
quería a alguien especial en su vida, y estaba más cerca de lo que
creía.
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