¡Sí!
Max era por fin un universitario. Ingresó en la universidad de Mode
Gakuen, en Tokyo, aunque tenía más sedes en Osaka, Nagoya, ¡e
incluso en Parín! Estaba haciendo el curso de Fashion Design junto
con el de Fashion Technique y el de Fashion Business. Quería cursar
también Stylist, Make-up y Hair, pero pensó que serían ya
demasiadas para el primer año. Era superdotado, pero tenía límite.
Límite.
Sí, estaba en su límite. El dichoso temita del viaje de Zero lo
tenía completamente distraído de los estudios, algo que no se podía
permitir pero que no podía evitar.
-¿Qué
tal las clases, has conocido a mucha gente?
-¿Qué
tal el trabajo, has estado mucho con el rubio estúpido?
Sus
conversaciones cada vez eran más cortas y más estúpidas. Por lo
menos habían salvado algo
su
vida sexual, que por supuesto, tampoco atravesaba su mejor momento.
-Te
quiero, lo siento... -repetía Max varias veces a la semana.
-Y
yo. -Contestaba siempre Zero.
-No
me gusta discutir. -decían ambos.
-Que
le den al trabajo. -respondía Zero de vez en cuando.
-Vete
si quieres, te juro que no me importa... -mentía Max.
Tequierotequierotequiero.
Te miento. Yo también. Nos mentimos. Nos queremos. No podemos
separarnos. No te vayas. Te voy a echar de menos. Ni se te ocurra
irte con ese gilipollas.
Y
así un día detrás del otro. Como una fotocopia. Calcado. Igual,
exactamente igual.
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