martes, 14 de agosto de 2012

29 | 17/5/09 – Japón, Tokyo. Soleado.



Hiro miraba la tele sin mirarla, comía galletas sin saborearlas y bebía té sin sentirlo caer por su garganta. No paraba de pensar en Yasu, el muy cabrón los había dejado tirados completamente. Los anuncios no habían servido para nada, y por supuesto, nadie se les acercó para pedirles el puesto por muy pesado que se pusiera el camarero al preguntarle a todo el mundo si sabía cantar. Hiro se desesperaba por momentos, necesitaban un vocalista. Hasta ese día habían tocado, pero todo era acústico, instrumental... Faltaba gancho, una voz potente, una voz que atrajera la atención de todo el local y con un poco de suerte, la de alguna compañía discográfica. Era el sueño de Hiro, y por culpa de Yasu, estaba un paso más atrás. No, un paso no, mil kilómetros atrás por lo menos.
Hiro oyó un murmuro en la lejanía. Bajó el volumen de la televisión para poder oír mejor. Provenía de algún lugar no muy lejos. Se incorporó y permaneció en silencio, muy atento. Venía del baño. Se acercó sigilosamente. Se oía una canción en la radio, era una canción de rock-pop japonés, del famoso grupo Alice Nine. La canción se llamaba Hanabi, era una canción potente, animada, con guitarras. Se acercó y pegó la oreja a la puerta. Oía el rumor del agua que salía de la ducha, la radio y alguien cantando.

-Tsuki to sei wo kurabete saite wa kieru hakanai mono de... -cantaba Max.

Hiro se quedó helado. Era una voz profunda, buena pronunciación japonesa, buenos altos y bajos (sobre todo altos), buen ritmo, con potencia, con dulzura y rebeldía mezclados. Lo que buscaba.
Abrió la puerta de par en par.

-¿Qué haces Hiro! -exclamó Max detrás de la cortina.
-¡He encontrado al vocalista! -gritó Hiro entusiasmado.
-¿Ah sí? ¡Qué bien! ¿Quién es? -preguntó curioso.
-Ahora está bañándose, creo que está ocupado. -contestó sonriendo.
-¿Perdona?


Tras ducharse y ponerse una camiseta y unos pantalones de Hiro, se sentó junto a él en el salón. Apoyaba cansado su cabeza sobre la mesa.

-¿¡Pero cómo voy a cantar en tu banda, Hiro!?
-Pues como lo acabas de hacer en la ducha, me has dejado impresionado, esa pasión que le pones...
-Bueno, es que era mi canción favorita, es normal, yo no... -intentó excusarse.
-No, no y no, tú serás nuestro vocalista, está decidido.
-¡Oe! Tío, que yo nunca he actuado frente a tanta gente... Bueno, en clase de teatro y de piano, pero nunca cantar...
-Pues anda, ya tienes experiencia sobre un escenario. -continuó Hiro con su típica sonrisa.
-Q-Que no hombre, que yo no...
-Además, eres muy guapo, seguro que ganaríamos fans a montones.
-Hiroooo, pero escúchameee.... -suplicó Max.
-¡Voy a avisar a Masao!
-¡Nooo!-volvió a suplicar.
-Por cierto, dime, ¿en cuantos idiomas sabes cantar?
-Bueno, en japonés, inglés, francés, italiano, chino, ruso, alemán y un poco de portugués y finés.
-¡Perfecto! Podremos hacer música de todo tipo; Antes con Yasu no podíamos, solo sabe hacer guturales y cantar como los de Dir en Grey...
-Pero es que yo no...
-¡Perfecto, perfecto! Ahora solo me falta buscarte algo de ropa para actuar... ¿Qué te parece algo así afeminado con cueros? Te quedaría genial. -dijo mirando a Max de arriba abajo.
-N-No me pienso poner cueros ajustados como si fuera una tía... -contestó enfadado y avergonzado a la vez.
-Qué sí tonto, que vas a estar muy guapo. Yo te encargo un traje a una amiga nuestra modista, seguro que está encantada de hacértelo, porque es una fujôshi de cuidado hahaha -rió Hiro.
-¿F-Fujôshi? -preguntó Max confuso.
-Sí, que le encanta el Yaoi, te verá y dirá lo típico de “Oooh, ¡qué uke más mono!” y después se liará a hacerte prendas provocativas.
-Dios no, lo que me faltaba... -dijo tapándose la cara con las manos.
-Ya verás, vamos a triunfar.
-¿Cómo decías que se llamaba la banda?
-Somos los Rock Catz.-contestó triunfante.
-¿Rock Catz?
-Sí, tú vas a ser nuestro gatito estrella. -le susurró al oído.
-Há... ¿Sabías? Soy un gato con grandes necesidades sexuales de su amo. -contestó sensualmente.
-¿Sí? Bueno, su amo tendrá que corresponderle.
Hiro sonrió de medio lado. Subió a Max encima de la mesa mientras este le maullaba en la oreja. 

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