viernes, 10 de agosto de 2012

22 | 2/1/09 – Japón, algún lugar de Tokyo. Nublado y con niebla.



-Diario de un vagabundo (toxicómano) II -


No debería haber llegado tan lejos, sabía lo perjudicial que era para él, y aún así, seguía. Necesitaba borrar de su memoria los últimos años, todo el dolor, la ira, se lo reconcomían por dentro como la cocaína.

Max nunca había sido muy aventurado, quizás un cigarrillo esporádico... Pero nunca drogas duras, jamás se le habría pasado por la cabeza.... Hasta aquel día. Lo recordaba vaporoso...

La sustancia se colaba por su tabique nasal, le hacía cosquillas. Se quejaba porque no sentía nada anormal. Estaba en un parque rodeado de toxicómanos y vagabundos. Algunos se pinchaban heroína, un grupito se reía en una esquina con porros de marihuana... Él y unos cuantos más, hacían rayas encima de unas tablas de madera.
Max no tenía dinero suficiente para pagarles la mercancía, les daba todo lo que tenía y su compañía, que sabía que era apreciada (más de uno le miraba con ojitos).
Al cabo de unos 10 minutos, comenzó a experimentar cambios en su organismo, como el aumento de temperatura, reducción de fatiga, la nariz como congelada y dormida, sabor amargo en la garganta... Era horrible, pero al poco, comenzó a sentir una euforia sensacional, era como si todo fuera diluido, fácil, sin problemas, sin fisuras. También se notaba más locuaz, más sociable, sentía una aceleración mental notable, así como hiperactividad y deseo sexual.
Max ya tenía bastante deseo sexual, pero si había podido aguantar tantos meses, podría aguantar perfectamente, y por mucha cocaína que entrase en su cavidad nasal, nadie de su alrededor le resultaba lo suficientemente atractivo como para siquiera plantearse un coito en mitad del parque.

Conforme pasan las horas, el efecto se iba diluyendo, borrándose de sus sentidos. Max necesitaba más, mucho más, aquello era muy poco. Se sentía de mal humor, todo y todos le molestaban.
Sopesando los pros y los contras, Max no quiso volver a probar la cocaína. Claro error, una vez se entra en ese mundillo, es difícil escapar de él.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario