sábado, 18 de agosto de 2012

30 | 20/5/09 – Japón, Tokyo. Soleado con nubes.




Después de minuciosas pruebas por parte de Masao, el amigo de Hiro, y éste, Max acabó exhausto y casi sin voz. Se recostó sobre el futón y trató de echar una siesta mientras Hiro y Masao deliberaban acerca del nuevo cantante.

-¿Tú qué crees? ¿Es bueno eh? Además es mono, eso nos ayudará bastante... -concluyó Hiro.
-Sí, yo le veo buen tono de voz, tanto masculina como más femenina... Sí, es m-mono, sí... -contestó cuando su voz se quebró al final de la frase.
-¿Te gusta? -preguntó Hiro con una sonrisa socarrona.
-¡No, no! Yo no soy gay... Pero no te voy a negar que es guapo... -contestó sonrojado.
-Bueno, yo voy a ir a comprarle ropa, ¿te vienes o te quedas con él?
-No, no, voy contigo, así aprovecho para comprar pedales nuevos.
-Vale, vamos.


Max durmió y durmió durante horas. El reloj encima de la mesilla de noche marcaba las 21:30 cuando Max despertó lentamente. Se frotó los ojos y vio que tenía una sábana fina encima. Me la habrá echado Hiro, habrá salido... pensó Max. Se levantó y al segundo llamaron a la puerta.
Se acercó atravesando el cuarto y el pasillo hasta llegar a la puerta, la cual abrió sin mirar por la mirilla.

-Hola, ¿estás solo o están tus compañeros de piso? -preguntó un chico joven con un uniforme de agencias telefónicas.
-Estoy... solo. -contestó sensualmente apoyándose en el marco de la puerta.
-E-Eh... Q-Que bien, ¿no? -dijo entrecortadamente sin dejar de mirar a Max- Pues justo tengo una oferta que te serviría mucho.
-¿Sí? Sabes, a mí hace mucho tiempo que no me hacen una buena... oferta. -continuó con un deje de sensualidad en la voz.
-¿N-n-n-no?
-Pues... no. -contestó acercándose al chico que se estaba poniendo como un tomate.
-¡Max! ¡Deja de ligar con todos los hombres que entran a esta casa! -gritó Hiro desde atrás del chico asustándolo.
-¡¿E-Es tu novio!? P-Perdona, yo no...
-Éste qué va a ser mi novio... Ya le gustaría. -dijo mirando enfadado a Hiro mientras este entraba por la puerta con Masao y un montón de paquetes.
-Tsk, ¿para qué novios pudiendo ser follamigos? -contestó burlón dándole una palmada en el culo a Max al pasar.
-E-Esto...
-Ah, chico, lo siento de veras, es que me aburría bastante y como no salgo, tampoco ligo mucho. No nos hace falta nada, ya tenemos una línea contratada a muy buen precio, pero espero que te lo hayas pasado bien.
-Yo...
No le dejó tiempo para contestar, Max ya había cerrado la puerta en sus narices. Se acercó extrañado a Hiro y Masao que estaban rodeados de bolsas y parecían cansados.
-¿Qué es todo esto? -preguntó Max sentándose junto a Hiro.
-Ropa. También creí que sería mejor que tuvieras tu propia ropa y no que uses la mía, que te está enorme.
-Eso está bien, pero deberías haberme avisado, soy muy selecto con la ropa. -contestó tajante.
-Bueno, ya me dirás que te parece. Eso de ahí es ropa para nuestra primera actuación, va a ser nuestro “comeback”.
-En fin....
Max comenzó a abrir bolsas. No le disgustó del todo la ropa que Hiro le había comprado, casi todo eran pantalones pitillo negros, vaqueros o de colores, dos o tres pantalones cortos y un par de camisetas de su talla de colores de manga larga y de manga corta.
-Había pensado en comprarte un pijama, pero dudaba entre uno muy mono que vi con conejitos o un picardías transparente. -dijo Hiro riendo.
-Eres gilipollas... El picardías de toda la vida, anda que habértelo pensado...
Max continuó sacando prendas de las bolsas. Hiro se había comprado unos pantalones de cuero negros ajustados y una chaqueta larga negra punk, muy de su estilo rebelde. Masao había comprado unos pantalones de cuero rojos para él y una chaqueta igual a la de Hiro. Éste le explicó que seguramente no se pondrían nada debajo de la chaqueta, así “llamarían más la atención”, pero Max sabía que realmente él quería enseñar y de paso ligar con alguna chica. Hiro se lo pasaba bien acostándose con Max, de hecho y según él, con Max había tenido los mejores polvos de su vida, pero quería tener una novia formal, salir, ir al cine, pasear, lo normal vamos. Max por otra parte no quería ni oír hablar de tíos, pero por supuesto, le gustaba sentirse querido, le gustaba que los hombres se fijaran en él. Se había vuelto un pelín narcisista.
-¿¡ESTO QUE COÑO ES!?-exclamó Max al sacar de una bolsa su supuesta ropa para el concierto.
-Pues lo que te vas a poner tú, anda que no nos ha costado trabajo encontrar algo así... Por no hablar de dinero.. Así que no aceptaré una negativa por respuesta.
Max, que se sentía culpable ante el gasto del moreno, miró escrupulosamente las prendas que constituían su vestuario.
Se trataba de un top negro de manga corta ajustado, unos shorts de cuero negro (ajustados también) y una capa de tirantes larga hasta las rodillas roja de cuero, toda llena de remaches, cuerdas e imperdibles. Era chulísima, pero extremadamente gay.
-Tío, pero cómo me voy a poner esto....
-Pues con unas botas negras que te he comprado también. He pensado que puedes alternar, puedes un día ponerte medias rojas altas y otro día no ponértelas. Ah, y te pones estos cinturones.
Eran con tachuelas y en el centro había una cara de gato que encerraba las palabras Rock Catz.
-Las ha diseñado la chica que te ha hecho todo esto.
-¿La fujôshi?
-Sí, está al venir, dice que quería ver personalmente como te queda todo, y de paso tomarte medidas para hacerte más cosas. Era broma hombre, todo esto no nos ha costado nada, nos lo hace todo gratis. Es una amiga de la infancia que le pirra el yaoi y le he dicho que tú y yo estamos saliendo, para ver si se enrollaba, y desde luego lo ha hecho. -declaró sonriendo de felicidad.
-¿Qué le has dicho qué!
Ding dong
-Anda abre, ¡qué ahora eres la mujer de la casa! -dijo burlándose Hiro.
-Gilipollas...
Max se acercó a la puerta y la abrió lentamente, no le apetecía encontrarse con aquella chica y menos después de lo que Hiro le había dicho. Nada más abrir la chica se quedó anonadada y totalmente callada. Acto seguido su cara dio un vuelco y saltó a los brazos de Max, que se dejó abrazar extrañado mirando a Hiro por encima del hombro.
-¡¡ERES TAN MONO COMO HIRO ME HABÍA DICHO!! -gritó la chica.
-E-Eh... Gracias... Soy Max, encantado.
-Igualmente, me llamo Naomi. -se presentó sonriendo. -Bueno vamos, a ver que tal te sienta esa ropa.
-Es....Es algo gay para mí, yo no sé si....
-¡Pero por favor! ¿Tú te has mirado a un espejo? No te hace falta ninguna ropa para que se sepa que eres gay.
-¿Perdona? -preguntó Max con el cejo fruncido.
-¡Venga vamos!
Naomi se acercó a Max, y como si lo conociera de toda la vida, le quitó la camiseta allí mismo sin reparar en Hiro y Masao. Después y aunque Max no paraba de forcejear explicando que podía quitarse él solo la ropa, se deshizo de sus pantalones dejándolo en ropa interior.
Aunque Max no tenía ya mucho pudor, tampoco le hacía gracia que viniera una tía que no conocía de nada y se pusiera a desnudarlo. Que morro tiene la tía, pensó Max. Naomi comenzó a vestirlo con la ropa que ella misma había diseñado y cosido mientras Max se dejaba hacer, ya para intentar acabar con todo aquel sufrimiento. Hiro cuchicheaba con Masao diciéndole si no parecía que Max estaba adorable sin ropa.
-Oye, ¿es que te da igual que ese chico mire a Max en ropa interior? ¡Es tu uke! ¡Vaya seme de mierda estás hecho! -gritó Naomi.
-¡Es verdad! ¡Gilipollas, es mi novio, cabrón! -mintió Hiro pegándole a Masao un puñetazo en el estómago.
-Aaaahggg... capullo... -bajando el tono de voz- Hijo de puta, no hacía falta que fueras tan lejos...
-Bueno, tenía que parecer creíble, ¿no?

Naomi dejó de prestarles atención y terminó de vestir a Max calzándole las botas. Max se sentía raro, nunca había llevado ropa similar. La chica lo miraba extasiada, como si nunca hubiera visto algo tan genial.

-Eres el uke más fantástico que he visto jamás, incluso en los mangas. -dijo desbordada por la belleza de Max.
-Podrías traer a tus amigas a nuestro concierto, seguro que lo flipan con Max.
-¡Claro! ¡Así tendríais más fans! -contestó Naomi agitando las manos contenta.
-Por supuesto, es buena idea. -concluyó Masao.
-Es un concierto, no un pase de modelos. -dijo Max enfadado cruzando los brazos.
-Anda Max, no seas aguafiestas. -le dijo Hiro acariciándole el brazo.
-Bueno... Pero entonces me tendrás que dejar hacer lo que yo quiera en el escenario.
-¿A qué te refieres con “lo que tú quieras”? -preguntó Hiro entre confuso y asustado.
-Bueno, eso lo veréis en el concierto.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario