Zero centraba la vista en un punto muerto en el cielo. Miraba a
través de la ventana. Casi podría visualizar aquel mismo día un
año atrás. Él, vestido con sus mejores galas y el mejor de los
regalos de San Valentín. Los vecinos aplaudiendo, Max y él
besándose...
No, no había dejado de pensar en Max desde el día en el que se
arrojó por la ventana. Se preguntaba a diario ¿Estará bien?
¿Tendrá casa y trabajo? ¿Tendrá... novio? ¿Pensará en mí?
Zero había intentado contactar con él por todos los medios
posibles, pero claro, Tokyo es una gran ciudad, millones de
habitantes... Max había dejado su móvil y su portátil al
marcharse, así como el corazón destrozado de Zero. Tampoco sabía
de nadie que lo hubiera visto, por lo que no tenía ninguna noticia
suya de ningún tipo.
Hacía meses que Zero ahogaba sus penas en alcohol y tabaco. Su
momento favorito del día era llegar a casa, descalzarse, aflojarse
la corbata, coger una botella de whikey y otra de tabaco, sentarse en
la ventana y fumar bebiendo hasta el amanecer.
También estaba rindiendo mucho menos en el trabajo, se le veía de
peor humor (sí, peor) y la gente lo miraba con pena, eso era algo
que sacaba a Zero de sus casillas. Le había contado a Richard, Kevin
y Jake acerca de su ruptura con Max...
-¿Y estas horas de llegar, Kevin? -preguntó curioso Jake.
-Nada, una nueva misión... Tengo que venderles droga a unos
vagabundos que tienen cierta información, y de paso sacamos dinero
para el local, que quieren hacer más “sucursales” en otros
países.-contestó Kevin.
-Puff.. Drogas... Tío, eso es super chungo... -dijo Jake.- Por
cierto, ¿qué le pasa a Zero? -preguntó.
-Eso tío, ¿qué te pasa? Se te ve muy decaído...-preguntó Kevin
sentándose a su lado en un sofá de cuero negro.
-N-Nada.. No me pasa nada Kevin... -mintió.
-Sí colega, se te ve triste... -concluyó Jake pasándole un brazo
por el hombro.
-Es que... Max me ha dejado... Se ha ido de casa... -desistió
aguantando las lágrimas.
-¡No jodas! -exclamó Kevin.
-Lo siento tío...
-No.. si estoy bien...
-¿¡Qué vas a estar bien!? Estás hecho una mierda...
-Bueno, pero no te preocupes, seguro que encuentras el amor antes de
lo que imaginas... -dijo Richard.
Kevin y Jake miraron a Richard entre extrañados y sospechosos, Zero
no podía más que agachar la cabeza y frotarse las manos
temblorosamente...
Dio otra calada al cigarro y lo apagó en el borde de la ventana.
Miraba al cielo y aún recordaba la cara de Max sonriéndole, pero
siempre se interponía con la suya llorando y gritándole, haciendo
que Zero no parara de preguntarse ¿Por qué sigo viviendo, si no
estoy contigo Max?
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