Había pasado una semana. Max se había acostumbrado bastante a
aquella fantástica casa. Se había pasado casi todos los días en la
biblioteca, que contaba con una cantidad desmesurada de libros
bastante interesantes. Cansado, Max dormía la siesta en un sofá de
la sala de estar tapado con una manta y con el aire acondicionado
puesto. En aquel momento se encontraba solo en casa. Las dos niñas,
Lillium, una chica de pelo rosa, y Sophie, la chica del pelo azul
eléctrico, estaban en clases extraescolares. Sakura estaba en el
dôjo practicando con la katana, Hikari estaba trabajando de
enfermera en un hospital y Megumi estudiaba en el conservatorio. A la
chica que aún no había visto era a Shinku. Se la habían descrito
como una chica pálida, con unos ojos azules muy claros y unos largos
tirabuzones rubios. Muy fría y solitaria, no le gustaba hablar con
nadie, salvo con Sakura y Sophie. Estaría encerrada en su
habitación, o a lo mejor estaba en el ático. Max soñaba con un
país repleto de dulces y pastelitos. La puerta de la calle se abrió
y entró Koichi al salón como solía hacerlo siempre: con
pantalones de cuero y sin camiseta, Max se había preguntado si
tendría alguna. Koichi se acercó a Max que dormía plácidamente.
Qué asco de tío, pensó Koichi con una cara molesta. Lo
escrutaba con la mirada. En cierto modo es guapo... pensó de
nuevo el moreno.
-¿¡PERO QUÉ COÑO ESTOY PENSANDO!? -gritó Koichi exasperado.
-Mmm... -murmuró Max despertándose.
-M-Mierda... -maldeció Koichi cayéndose al suelo de la impresión.
-¡AAAH! -gritó Max asustado al ver a Koichi al lado suyo.
-E-Eeem... No te asustes hombre...
-No, tranquilo.... -dijo bostezando- Anda, tú debes ser Koichi, ¿no?
Yo soy Max, encantado. -dijo Max con su sonrisa habitual sentándose.
-E-Encantado... -dijo Koichi a desgana sentándose en el mismo sofá
pero alejado de Max.
Como odio que tenga cara de no haber roto un plato en su vida,
pensó Koichi.
-Bueno... ¿Quieres algo? -preguntó Max.
-Sí, no te pienso quitar el ojo de encima. -espetó Koichi- Ten
mucho cuidadito conmigo que soy de la CIA, chaval.
-V-Vale....
Jajaja, te cacé, ahora no te me escapas, pensó Max.
-Espero que seamos buenos amigos. -le dijo Max a Koichi.
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